Protagonista de grandes éxitos en la pantalla como “Los cazafantasmas”, “Perdido en Tokio”, “Los ángeles de Charlie”, “El día de la marmota” y “Los muertos no mueren”, entre muchísimos otros filmes, la estrella de Bill Murray se apaga rápidamente entre denuncias de sus colegas por comportamientos indebidos y agresivos.
Los cuestionamientos contra el actor de 72 años se multiplicaron en los últimos días y recordaron planteos efectuados en el auge del movimiento MeToo. Ahora, sus colegas Geena Davis, Lucy Liu y Seth Rogen lo acusaron de destrato, al tiempo que una asistente de producción del filme “Being Mortal” lo acusó de “tocamientos no consentidos” ocurridos en abril; para tapar este escándalo, Murry le pagó U$S 100.000 pero la filmación de Searchlight Pictures, filial de Disney, no se reanudó.
El cómico frecuentemente justificó sus actitudes alegando que eran bromas que no fueron bien interpretadas o sacadas de contexto, y siempre negó que hayan tenido connotación sexual. “Hice algo que consideraba gracioso y no se entendió así. El mundo es muy distinto a como era cuando yo era un niño. Lo que antes parecía divertido no tiene por qué resultar gracioso ahora. Las cosas cambian, así que es importante para mí aprender”, afirmó a la prensa norteamericana tras el último incidente.
En torno a “Being Mortal”, todo estaba listo para un estallido mediático. La película estaba escrita por Aziz Ansari (además, la coprotagonizaba junto a Murray), quien en 2018 había sido acusado de propasarse con una mujer en su primera cita.
Pero la vida artística de Murray descarriló por otros planteos. “¿Por qué estás aquí? No sabes actuar”, fueron las frases que recibió Liu del actor cuando filmaron “Los ángeles de Charlie”; mientras que Davis publicó hace una semana su libro de memorias “Dying of Politeness” y recordó diversos malos momentos compartidos con el polémico humorista, que fácilmente podían entenderse como avances de tinte sexual no correspondidos ni aceptados, lo que derivó en gritos durante el rodaje de “No tengo cambio”. Tampoco fueron amables las referencias que hicieron de él Rob Schneider, Richard Dreyfuss, la productora Laura Ziskin ni Seth Green, quien a los nueve años terminó dentro de un balde de basura, arrojado por Murray. Las referencias no son nuevas: ya en 2004 Harold Ramis (su compañero de cartel en “Los cazafantasmas”) habló de su mal comportamiento en el set; su amistad se rompió y sólo se restituyó cuando Ramis atravesaba la etapa final del cáncer que lo mató. En 2018, el actor polémico había agredido a un fotógrafo y antes se había divorciado de su mujer Jennifer Butler, quien lo acusó de violencia doméstica, infidelidad y adicciones diversas.
Para volver a verlo en pantalla con algún estreno, habría que esperar hasta febrero del próximo año, cuando Marvel estrene “Ant-Man and the Wasp: Quantumania”, donde tiene una intervención no precisada.